¿Qué es la disfunción eréctil y la fuga venosa?

La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales. Una erección ocurre cuando el pene almacena suficiente sangre.
La fuga venosa es responsable de más del 80% de los casos de disfunción eréctil. La fuga venosa se refiere a la salida excesiva de sangre a través de las venas en el tejido del pene, lo que socava la función eréctil normal durante las relaciones sexuales.

¿Cuál es el tratamiento convencional para la disfunción eréctil y la fuga venosa?

La medicación oral es la primera línea de tratamiento para la disfunción eréctil. Los inhibidores de la PDE-5 revierten la disfunción eréctil al producir óxido nítrico, que relaja los músculos del pene. Los medicamentos pueden aliviar la disfunción eréctil en aproximadamente el 70% de los hombres según Harvard Health Publishing (2020).
La terapia de segunda línea para la disfunción eréctil incluye dispositivos de constricción por vacío y autoinyección intracavernosa.

Se utiliza para tratar las causas médicas de la disfunción eréctil, como:

Se usa cuando los medicamentos orales son ineficaces y cuando los pacientes quieren evitar la cirugía.

-Las inyecciones aumentan la circulación ensanchando los vasos sanguíneos en el pene.

La tercera línea de terapia para la disfunción eréctil es la cirugía. Los pacientes pueden optar por implantes de pene, lo que implica la colocación de varillas inflables o flexibles en el pene, que vienen con una bomba que infla las varillas con solución salina. Para hacer esto, se hace una incisión en la parte inferior del abdomen, en la base del pene o justo debajo de la cabeza del pene. El tejido del pene se estira para adaptarse a los dos cilindros inflables. El dispositivo se puede desinflar.

El tratamiento mínimamente invasivo de embolización endovascular es un tratamiento alternativo a la cirugía. La embolización endovascular implica la inserción de un catéter en la vena femoral o en la vena dorsal profunda para embolizar el plexo venoso periprostático. El catéter se guía a las venas afectadas con la ayuda de una fluoroscopia de rayos X. Se inyectan pequeñas espirales de titanio y agentes embólicos a través del catéter para sellar permanentemente las venas del pene que causan disfunción eréctil.

Algunos factores de riesgo comunes para la disfunción eréctil y la fuga venosa incluyen presión arterial alta, colesterol alto, diabetes, enfermedad vascular periférica, estrés excesivo, obesidad, antecedentes familiares de aterosclerosis, hábito de fumar y ansiedad.

Los pacientes pueden ser diagnosticados con fuga venosa usando una ecografía Doppler para examinar el flujo de sangre dentro y fuera del pene, o con una cavernosografía para visualizar radiográficamente la fuga venosa. Si se encuentra que los pacientes tienen una fuga venosa, son elegibles para la embolización endovascular.

Si bien los implantes de pene requieren que el paciente esté bajo anestesia general, nuestros procedimientos mínimamente invasivos se realizan con anestesia local o sedación ligera.
Los pacientes experimentan un dolor y una incomodidad mínimos, y un tiempo de recuperación mucho más rápido en comparación con los implantes de pene, que requerirían al menos 2 semanas antes de que los pacientes puedan volver a sus actividades diarias.
Como no se realiza ninguna incisión, los pacientes no tendrán una cicatriz quirúrgica, ya que se utilizan punciones con agujas para acceder a las venas afectadas.
El procedimiento se puede realizar en solo una mañana y el paciente puede regresar al trabajo el mismo día.

El procedimiento se puede completar en una mañana y solo tomará unas pocas horas.
Los pacientes pueden esperar un procedimiento rápido en el quirófano y pueden descansar después de la operación en las salas de recuperación, donde se les garantiza una atención altamente personalizada y profesional para una rápida recuperación posterior al procedimiento.

El pago variará en función del procedimiento específico con respecto a cada paciente.

Los pacientes con embolización endovascular pueden reanudar sus actividades normales en solo unos días, mientras que los pacientes con implantes de pene tardarán alrededor de 6 semanas en recuperarse por completo.